Ser pro feminista, pro homosexual y pro masculino al mismo tiempo no es imposible. Los conceptos enunciados por Michael Flood, sociólogo australiano y director de la revista XY, no son defendidos sólo por mujeres que reclaman por sus derechos, sino que existen también hombres profundamente comprometidos con la igualdad de género.

En Europa los movimientos de varones en contra de la sociedad patriarcal vienen marchando desde comienzos de la década del 70. Los que iniciaron la todavía truncada y verdadera revolución masculina, que no es más que la introspección de los actos del ser machista, fueron los países nórdicos. No es casualidad: allí nacieron las primeras voces feministas. Luego la ola reventó en todo el continente y en España echaron raíces grupos como Ahige, Asociación de Hombres por la Igualdad de Género, que intentan crear conciencia, a través de reuniones periódicas con la colaboración de profesionales, sobre la falta de política en materia de discriminación hacia las mujeres y personas no heterosexuales.
El mensaje de estas organizaciones es que existe la posibilidad de juntar un gran número de voluntades masculinas para modificar el orden opresivo y denigrante que impera sobre la mujeres desde la pre-historia. Además, como señaló alguna vez su titular, Antonio García, los hombres tienen muchas preguntas para hacerse y pocas respuestas.
Dentro del continente americano, Chile, con la Red de Masculinidad perteneciente a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) se ubica a la vanguardia con hombres que luchan por una sociedad igualitaria. Mientras tanto, en Argentina, como reza uno de los folletos de Ahige, la revolución interior de cada hombre aún está pendiente.

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