Una vez más, la originalidad se adueñó de la web y puso su granito de arena al servicio de una de las cosas que mejor hacemos los humanos: discriminar. En esta oportunidad, se trata de Pick the perp, un juego en el que el player de turno debe elegir a uno de los 5 sospechosos que aparecen en una serie de fotografías y asignarle un delito que, al azar, propone el juego, de acuerdo a lo que la cara del presunto criminal le inspire en el momento. Por supuesto, gana el que mejor percepción tenga y acierte con la opción.

Elegir al sospechoso, tal la traducción libre del nombre, pone a prueba al jugador de turno en el terreno de las impresiones, y lo lleva a optar por alguna de las fotos influenciado inconscientemente por los propios prejuicios. El dato más llamativo es que las imágenes que aparecen pertenecen a presos norteamericanos de carne y hueso, lo que de por sí constituye una violación al derecho a la imagen; y, como frutilla del postre, en el HTML de cada una puede leerse el nombre real de cada uno de los presidiarios en cuestión.

Por su estructura, el nuevo entretenimiento recuerda a la Nuova Scuola o Escuela Positiva creada por Ezequiel Cesare Lombroso en el siglo XIX, que sostenía que ciertos rasgos del rostro de las personas eran la manifestación visible de su tendencia a cometer delitos de diversa índole.

Si se tiene en cuenta el flagelo de la inseguridad que aqueja a los argentinos, parece una opción tentadora para practicar a diario cuando se camina por las calles y así protegerse de esas personas que sólo nacieron para asaltar y matar al prójimo, pese a que los gobernantes de turno les dan sobradas oportunidades de insertarse y proyectar un futuro prometedor.

Walter Giménez.