3,68, 3,69, 370, 3,71. Desde ya esos números no pertenecen a una nomenclatura matemática, ni mucho menos a una oferta y contraoferta en una subasta. No señor/a.

Se trata nada más ni nada menos que del dólar. Ese papelito verde tan preciado y tan necesario para viajar al exterior, cotizar el valor de su casa o departamento y hasta incluso tomarlo como referencia para hacer la multiplicación y constatar el precio real en pesos de cualquier artilugio electrónico que exhiben en sus vidrieras las casas de computación o demás insumos.

Si guarda bajo el colchón, en la campera del armario o en su cuenta bancaria, un puñado de “Benjamín Franklin” (100 dólares para aquellos que no asociaron al Presidente con el billete) y tenían pensado realizarse un viajecito de más de 3.000 kilómetros, pasar por la liquidación de la tienda Georgio Armani de la calle Alvear, comprarse un iphone, una notebook o un inmueble, mejor escuchen la opinión del Licenciado Juan Ignacio Barcarolo y saquen sus propias conclusiones. La explicación, algo técnica si se quiere dada la profesión del entrevistado (es economista), ofrece un breve panorama financiero nacional que justifica su pronóstico.

Quizás para algunos resulte una pésima noticia y para otros una buena oportunidad para esperar un poco y hacer negocios:



Por Julián Chorny